Jeepers Creepers es el título de una de las películas más
creativas que he visto, Trish y su hermano menor Derry tratan de cruzar los Estados Unidos en carretera
en un viaje largo y aburrido cuya monotonía sólo se rompe por sus continuas
discusiones. De pronto a la mitad del
viaje descubren una iglesia abandonada cuyo tejado está cubierto por una espesa
bandada de cuervos y ven como un misterioso personaje arroja un bulto al
interior de una gran boca del alcantarillado y es así como da inicio la persecución
de una de las criaturas más letales que uno se pueda imaginar. Mientras veía la película recordé una noticia
de hace aproximadamente cuarenta años en West Virginia, concretamente en el
pequeño pueblo de Point Pleasant, en donde todos los ciudadanos vivieron un año
de auténtico pánico a salir de sus casas, tomar el teléfono o a asomarse por
los ventanales de sus hogares ya que un ser alado de más de dos metros
atemorizó a la población, llegando a crear secuelas imborrables en la mayoría
de los protagonistas en lo que parecía un hecho sociológico sin precedentes. El ser fue bautizado como Mothman (hombre
polilla), por sus alas y el color grisáceo descrito por todos los testigos de los
avistamientos, mismos que se aglomeraban en la zona armados hasta los dientes para dar caza al ser,
al mismo tiempo otros sostenían sus videocámaras para intentar grabar al
humanoide. Curiosamente, el Mothman
nunca más volvió a ser visto en el lugar.
Sin embargo, existen numerosas
teorías sobre él, unos dicen que era un
ángel que venía a avisar sobre algunas catástrofes, otros, que era un demonio que vino a causarlas. Algunos aseguraban que era una grulla
canadiense, que podía haber mutado por la radiactividad que aún pudiera
albergar la zona TNT cercana, aunque todos los testigos aseguraron que lo que
vieron no era una grulla. También se
habló de una maldición de 500 años de antigüedad, por parte del líder de las
tribus nativas, un jefe shawnee llamado Hokolesqua, antes de morir víctima de
una emboscada y aquel ser era, ni más ni
menos, el espíritu de Hokolesqua. Pero
esta no fue la única localidad donde fue visto el ser ya que una docena de
trabajadores de una central eléctrica del sur de Ucrania aseguraba haber visto
a un extraño personaje grisáceo, sin cabeza y de ojos rojos, asegurando algunos
de ellos que tuvieron repetitivas pesadillas, y otros recibieron extrañas
llamadas. La mañana del 26 de abril de
1986 la central nuclear de Chernobyl explotó, al fallar el suministro de
potencia del generador, acabando con la vida de 30 personas, y posteriormente
de otras 10 debido a la exposición a las radiaciones. El grafito del reactor
continuó ardiendo durante 9 días, causando un gran daño radioactivo en la zona
y mientras los helicópteros trataban de acabar con el fuego, los trabajadores
que presenciaron el incendio y sobrevivieron a él, miraban atónitos cómo un
extraño personaje de 7 metros de altura, sobrevolaba el humo del incendio. En China sucedió una grave catástrofe el 19
de enero de 1926, cuando una de las presas más grandes del mundo (Xiaon Te Dam)
se derrumbó arrojando más de 50.000 millones de litros de agua y acabando con
la vida de 15.000 personas. La mayoría
de supervivientes aseguró haber visto al “hombre dragón” que se apareció a las
víctimas del lugar por los alrededores de la presa. Y en Chicago, año 1951 varios días antes del
único terremoto de su historia varios testigos que navegaban por el río
Michigan aseguraron haber visto un gran ser de color grisáceo que sobrevolaba
los edificios de la gran ciudad. Hoy el
Mothman es un personaje importante en la cultura de Point Pleasant, algo asi
como lo es Nessie en Escocia. Existen museos, estatuas, tiendas e incluso
un festival del Mothman. A día de hoy,
las incógnitas siguen siendo las mismas… Todos los vecinos del lugar se hacen
las mismas preguntas, mientras miran al cielo y piden que aquellos sucesos
nunca vuelvan a repetirse…
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